Pero no tiremos la toalla, es posible saber cuánto tiempo le queda aproximadamente a nuestra amiga emplumada y para ello nos podemos guiar por algunas claves del aspecto externo del animal y también por otras relacionadas con su comportamiento.
Vayamos con su aspecto externo:
- ¿Tiene ya cresta? Si la respuesta es afirmativa, sabemos que estamos ante un animal de más de 3 u 8 semanas, edad en la que, en función de la raza, aparece este típico apéndice. Además si la cresta y la barbilla han perdido su característico color rojo intenso, están menos turgentes y más arrugadas, es más que probable que estemos ante un animal de edad avanzada.
- ¿Cómo son sus patas? ¿Amarillas, brillantes y lisas? ¿Más bien grisáceas y cubiertas por una especie de escamas de pez? Esto último es frecuente en las gallinas de edad más avanzada y puede deberse a la presencia de ácaros.
- ¿Y sus plumas? Si son lisas y brillantes estamos ante un animal joven, mientras que la pérdida de las mismas, o si estas han perdido tersura y brillo, están abiertas y le dan un aspecto “despeluchado”, podrían ser indicadores de una edad avanzada.
- Las uñas y el pico serán asimismo un indicativo de la edad del ave, cuanto más más largas y anchas sean sus uñas, más edad tendrá. Incluso nos podemos fijar en el espolón; con la edad se desgasta y se vuelve más rugoso.
Algo parecido ocurre con el pico, cuanto más desgastado y rugoso más edad tendrá nuestra gallina.
Pero como decíamos al comienzo de este post, también en el comportamiento podemos encontrar algunas pistas sobre su edad:
- La frecuencia de puesta disminuye con la edad (los ejemplares más jóvenes ponen a diario). En cuanto al tamaño de los huevos este aumenta cuando son más mayores y suelen aparecer más deformidades en la cáscara.
- Las gallinas de mayor edad son más tranquilas, se mueven menos.
- En el gallinero existe una jerarquía en la que la edad es un factor influyente, aunque no determinante. La gallina dominante, más vieja, será la primera en comer y también la que escoja el mejor sitio para dormir.
No olvidemos que ¡la edad es siempre un rango!
