La talla alcanzada al final de la recría es determinante en la calidad de una pollita

La edad a la que la pollita arranca en puesta se ha ido adelantando en base a la selección genética en los últimos años. Y es por ese motivo que el periodo de recría cada vez es más crítico de cara a conseguir los resultados productivos en puesta. Cada vez tenemos menos tiempo para conseguir esa condición corporal óptima de la pollita recriada que le permita afrontar el periodo de arranque en puesta de forma satisfactoria.

Es la condición corporal, la que realmente determina cuándo la pollita arranca en puesta, la que condiciona cuál será su capacidad de ingesta de pienso durante el arranque en puesta y cuál será su persistencia de pico de puesta (IPPP).

Y una condición corporal óptima está más determinada por el desarrollo, o lo que es lo mismo por la talla que por el peso. Es por ello que tenemos que poner un mayor foco en la talla de la pollita y no solo en el peso corporal.

Es decir, aunque resulte evidente que una pollita recriada con un peso inferior al de su estándar no tiene una óptima condición corporal para el arranque en puesta, igualmente lo es el hecho de que tampoco tendrá una óptima condición corporal la pollita que alcanza su peso estándar entre la semana 12 y la semana 16, ya que será una pollita pequeña y excesivamente engrasada.

Con todo ello, es poco común que consideremos el desarrollo de las pollitas, es decir su talla, durante la recría; no porque no sea importante, que como ya hemos dicho lo es, sino porque es mucho más sencillo en campo pesar que medir a las pollitas y ambos conceptos están relacionados (al menos hasta las 12 semanas de vida). Además, las estirpes genéticas no incorporan actualmente ningún patrón específico de talla, pero sí de peso.

Dicho lo cual es importante alcanzar cuanto antes el peso corporal del estándar genético en una recría de pollitas, porque con ello incrementamos su desarrollo, mejoramos su uniformidad, reducimos su mortalidad, incrementamos el tamaño del primer huevo y la condición del emplume.

 

Que determina la calidad de una pollita

Realmente son cinco los factores que indican la calidad de una pollita:

 

1.- El desarrollo del intestino

Asegurar este máximo desarrollo del aparato digestivo de la pollita en las dos primeras semanas le beneficiará el resto de su vida productiva por su mayor eficiencia en la asimilación de nutrientes. Durante los primeros días de vida de la pollita, el desarrollo del aparato digestivo es superior al de otros órganos y este desarrollo es proporcional al nivel de nutrientes que la pollita es capaz de asimilar durante las primeras dos semanas (Noy and Sklan, 1997). Si durante los primeros días de vida se retrasa el consumo del alimento o si la ingesta de pienso no es elevada, afectará al aparato digestivo del ave para el resto de su vida productiva (Gonzales et al., 2003).

 

2.- La talla

Durante la recría de un lote de pollitas, en muchos casos no coinciden la edad cronológica (la de la ficha) con la edad fisiológica real de las pollitas (su grado de desarrollo). Hay modelos matemáticos que permiten calcular la edad fisiológica y el grado de desarrollo de las pollitas durante la recría:

                      

  • Edad en semanas = 0,40 + 0,013(PC) + 0,31 1(LT) - 0,025(CA)
  • Edad en semanas = 0,53 + 0,014(PC) + 0,084(LT)

Donde PC es el peso corporal en gramos, CA es el consumo diario de pienso en gramos y LT la longitud del tarso en milímetros. 

Como podemos ver en el Gráfico 1, el desarrollo de una pollita es muy alto.

durante las primeras semanas de vida, pero es en las dos primeras cuando realmente el desarrollo de la pollita es máximo. Es muy evidente y visual que, de cara a conseguir una pollita bien desarrollada, tenemos que poner el foco y todos los recursos durante las cinco primeras semanas de la recría, pero muy especialmente en las primeras dos semanas de edad.

 

Gráfico 1. Porcentaje de crecimiento semanal de la pollita.

 

Para que la pollita recriada arranque en puesta es imprescindible que disponga de una elevada proporción de masa muscular y con la alimentación de la primera semana de vida podemos estar contribuyendo a que la pollita alcance antes su condición corporal óptima y a que adelante su arranque en puesta.

El número de fibras musculares que tiene una pollita está ya determinado en el momento de la eclosión, y el crecimiento muscular futuro es consecuencia de la hipertrofia de esas fibras musculares. Pero para que hipertrofia se produzca, es necesaria la ayuda de las llamadas células satélite. Estas células satélites se dividen y multiplican solo durante la primera semana de vida de la pollita y lo deseable es que haya un reservorio de células satélite lo más elevado posible.

Promoviendo una óptima alimentación durante la primera semana de vida, estaremos también maximizando el nivel de células satélite que vaya a tener la pollita durante la recría.

Es importante también resaltar que el desarrollo de la pollita finaliza alrededor de las doce semanas de edad, momento en el cual la talla y la estructura de la pollita quedarán ya prácticamente determinadas para el resto de vida. A partir de las 12 semanas solo podremos engordar a las pollitas, pero no desarrollarlas.

 

3.- La capacidad de ingesta

Solo tendrán una adecuada capacidad de ingesta de pienso durante el arranque en puesta las pollitas que se hayan desarrollado adecuadamente durante las primeras semanas de recría.  La capacidad de ingesta de una pollita recriada está directamente relacionada con el desarrollo y la talla que tenga la pollita recriada. Además, la presentación del pienso en micro-pellet durante las dos primeras semanas favorece el desarrollo del buche y la capacidad de ingesta posterior de la pollita.

 

4.- Uniformidad

Al final del periodo de recría la uniformidad del lote ha de ser como mínimo del 80%, ya que determina el porcentaje de pico de puesta que va a tener el lote y también el coste de la alimentación.

Se trata de uno de los objetivos más importantes de la recría y nos indica el porcentaje de animales que tienen un peso entre el ± 10% del peso medio del lote.

 

5.- Mortalidad

El porcentaje de mortalidad en un lote de recría es muy importante porque además del impacto económico que supone, es un indicador de salud del lote recriado. Así pues, el objetivo es siempre que la mortalidad sea la menor posible. A través de la alimentación desde el primer día influimos en este factor, promoviendo que en su sistema digestivo se implante el microbiota más favorable.

 

La aportación de Nanta con Pullycare®

Con PullyCare® conseguimos que las pollitas se desarrollen más desde la primera semana de vida, estén más vitales y tengan menor porcentaje de mortalidad. Serán pollitas más robustas al final de la recría y arrancarán antes en puesta y lo harán con una mayor capacidad de ingesta.

Conseguiremos en definitiva una mayor calidad de la pollita recriada, algo que esta correlacionado también con su posterior Índice de Persistencia de Pico de Puesta (IPPP).

 

Gráfico 2. Beneficios del empleo de Pullycare® durante las dos primeras semanas de vida.