Es importante tener en cuenta que los objetivos de producción de una gallina reproductora de raza no son los mismos que los de una gallina ponedora. En el caso de las aves de raza es más importante la calidad de los huevos puestos que la cantidad o su tamaño. Es por ello que también varían la alimentación de estas aves durante la recría y etapa productiva.
El llamado periodo de recría es el que va desde el primer día de vida de la pollita hasta la semana 17, cuando ya tenemos un gallina que comienza su ciclo de puesta y está en condiciones de expresar todo su potencial genético. Este periodo es fundamental en la calidad de puesta futura, impactando tanto en la duración de la misma como en el número y calidad de los huevos obtenidos.
En este sentido, es importante tener en cuenta que los objetivos de producción de una gallina reproductora de raza no son los mismos que los de una gallina ponedora. En el caso de las aves de raza es más importante la calidad de los huevos puestos que la cantidad o su tamaño, ya que ese huevo está destinado a convertirse en un pollito vigoroso y vital.
Por el contrario, cuando se trata de gallinas ponedoras, los huevos los vamos a destinar al consumo humano en forma de un alimento muy nutritivo y saludable.
El peso de una buena alimentación
Durante la recría, un factor determinante es la alimentación, ya que las necesidades de las aves durante su crecimiento y desarrollo son muy elevadas. Resulta por ello esencial asegurar un correcto desarrollo del esqueleto y los órganos destinados a la reproducción y la puesta, a la par que aportar una dieta balanceada que permita al ave crecer adecuadamente hasta llegar a la etapa productiva.
En gallinas ponedoras es esencial un adecuado equilibrio de minerales, relación Ca/P y un aporte extra de vitamina D, que permite que las gallinas se mantengan siempre perfectamente osificadas. Gracias a ello lograremos la mejor calidad de cáscara y, a su vez, un mejor estado de bienestar de la gallina.
En el caso de las gallinas reproductoras su alimentación ha de incorporar las vitaminas y aminoácidos necesarios para permitir a estas aves desarrollar todo su potencial reproductivo: fertilidad, fecundidad, viabilidad de los huevos puestos, incubabilidad, vitalidad de los pollitos, etc.