A la preocupación por la calidad de los productos, Nanta añade desde hace más de dos décadas la responsabilidad de fabricar piensos seguros y que los alimentos que con ellos se producen también lo sean. En este sentido, el objetivo es garantizar la inocuidad de los productos que ponemos en el mercado. Asumir este cometido impulsa a Nanta a instaurar procedimientos de control en cada una de las etapas de la cadena de producción.
Dinamicidad
En Nanta todos los procedimientos están vivos y en proceso permanente de actualización. Para estimular esta firme apuesta es importante contar con el apoyo de recursos económicos y materiales, pero nuestro mayor secreto radica en la formación y conocimiento de aquellas personas que lo llevan a cabo.
Control de proveedores
La compra de las materias primas es el primer paso en la producción. Estas, y en consecuencia sus proveedores, son el primer eslabón de la cadena alimentaria, por lo que comprobar in situ que todos los reglamentos que les aplican se cumplen y la situación de sus certificados de calidad o seguridad alimentaria, es primordial para Nanta.
Todos los proveedores son evaluados con auditorías en las que Nanta les asesora en aquellos puntos débiles que puedan ser detectados para ayudarles a mejorar su Sistema de Calidad y Seguridad Alimentaria.
Mitigación del fraude
El fraude alimentario (que abarca la sustitución, adición, manipulación indebida o distorsión intencionada y planificada de alimentos),es un posible riesgo que conviene analizar, para poder establecer protocolos de control. Para minimizar este riesgo, en Nanta hemos elaborado un plan de medidas de mitigación que cubre todos los procesos y productos dentro del alcance del Sistema de Gestión de Seguridad Alimentaria de la organización.
Producto final
Prestamos especial atención a cada uno de los elementos que puedan repercutir en la calidad y seguridad alimentaria del alimento que llegue a los animales, como es el almacenaje, envasado, transporte… aspectos esenciales para evitar que, tras poner todo el empeño en alcanzar un producto óptimo a lo largo de todo el proceso, lo echemos a perder en el último eslabón.