Como fuente de energía y de inmunoglobulinas que va a condicionar la capacidad de defensa de las terneras frente enfermedades durante las primeras semanas de vida.
Podríamos definir el calostro como el ‘oro líquido’ de una explotación de vacuno lechero.
La toma del primer calostro por una ternera tiene un impacto directo en su desarrollo y en la productividad futura de ese animal. Esto es debido a que este primer calostro aporta una serie de nutrientes que le protegerán en su primera etapa y provocarán la maduración intestinal que permitirá optimizar su crecimiento.
Para garantizar que esta primera toma sea efectiva se han de cumplir las cuatro ‘ces’
- Cantidad
- Calidad proteica
- Calidad higiénica
- Celeridad
La cantidad y calidad proteica están relacionadas, ya que a mayor calidad proteica menos sería la cantidad necesaria para poder alcanzar los 10g/l de IgG en sangre que marcamos como objetivo. Pero como norma general se establece que la primera toma ronde los 4 litros de calostro. Lo idóneo es controlar la calidad proteica del calostro, ya sea con refractómetro o densímetro, para desechar aquellos calostros de mala calidad y guardar los de más calidad. Considerando buenos calostros aquellos que sobrepasan los 23 grados Brix en el refractómetro.
En cuanto a la calidad higiénica es necesario que este calostro sea lo más estéril posible, ya que de lo contrario, la ternera no solo no podría absorber los nutrientes del calostro, sino que se correría el riesgo de provocar una infección intestinal grave. Para eso es necesario extremar la higiene tanto en el proceso de recolección como de administración
Y por último la celeridad, que es posiblemente el punto más difícil de conseguir en las granjas, y es que las terneras tienen un tiempo límite desde el nacimiento para poder absorber el calostro. Se sabe que desde la segunda hora de vida, y de manera muy acusada desde la sexta hora, la capacidad de absorción cae bruscamente, con lo que tenemos muy poco tiempo para hacer un encalostrado efectivo. En este aspecto es aconsejable abastecerse de calostro almacenado por refrigeración o congelación para que nunca falte calostro después de un nacimiento
Para saber si el proceso de encalostrado es efectivo es importante verificar la absorción midiendo la proteína sérica del ternero a las 24 - 48 horas de vida mediante un refractómetro y verificando que al menos el 80 % de las terneras alcanzan los 9 grados Brix.
Si somos capaces de cumplir las 4 ‘ces’, tenemos muchas posibilidades de sacarle todo el rendimiento genético a nuestros animales.