El invierno es sinónimo de aumento de mortalidad en las terneras, pues son muy vulnerables al frio, a la humedad y a las corrientes de aire, produciendo hipotermia. El estrés por frío comienza con temperaturas inferiores a 10° C para animales menores de 21 días, y menores de los 5 ° C, para las terneras mayores de 42 días.
Enfocarnos en áreas de mejora como:
- Asegurarse una suficiente ingesta de calostro (al menos 4 litros) a 40 ºC en las primeras 2 h de vida
- Proporcionar camas de paja secas y abundantes
- Ofrecer protección contra lluvia y aire
- Usar focos de calor o mantas para terneras de hasta 21 días o enfermas.
son probablemente, la mejor estrategia para evitar el estrés por frío en terneras jóvenes.