La mala calidad del calostro o un mal manejo del mismo, combinados con una higiene deficiente, aumentan la susceptibilidad a enfermedades.
Establecer rutinas diarias para la desinfección, limpieza y secado de todos los utensilios usados para alimentar las terneras es una medida esencial para evitar la proliferación de bacterias que aumenten la morbilidad. Las granjas que realizan una mejor higiene tienden a tener una mayor concentración sérica de IgG en las terneras y menos fallos de transferencia de inmunidad pasiva.
Recomendamos:
- Enjuague inicial con agua tibia
- Sumergir los utensilios en agua a 50 ºC junto con detergente clorado y frotar con cepillos
- Aclarado
- Secado