Sostenibilidad social en granjas de rumiantes

Mª Paz Lavín González
Científica Titular. IGM-CSIC-ULE (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Universidad de León)

23/11/2021

El componente social de la sostenibilidad, uno de los pilares que conforman la sostenibilidad junto con el económico y el ambiental, supone un reto que afronta el sector ganadero en dos frentes de actuación, que son y serán determinantes en su futuro. Por un lado, cumplir con las demandas que hace la sociedad a la forma en que se producen los alimentos de origen animal, como es el bienestar animal y por otro, en su carácter más interno, su supervivencia requiere satisfacer las expectativas de la comunidad ganadera en cuanto a una calidad de vida y de trabajo acorde con los tiempos actuales.

A nivel internacional, el pilar social irrumpe con fuerza, tanto en su representación en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por las Naciones Unidas, como en el decálogo de sostenibilidad integral de la empresa agroalimentaria propuesta por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, donde mejorar la consideración de los trabajadores, contribuir a la economía local, la comunicación con los consumidores e incorporar tecnología e innovación al sector son compromisos que adquiere la empresa, que se ampliarán a toda la cadena de suministro como son los ganaderos que la abastecen. Sin embargo, a pesar de su aparente protagonismo, la realidad actual es que la sociedad identifica sostenibilidad con medio ambiente, quedando los aspectos sociales relegados a un segundo plano y con apenas presencia de difusión en los medios de comunicación. Esta es la conclusión de un reciente informe que analiza la Agenda 2030 en los medios de comunicación.

En el contexto indicado, convive la contradicción de la creciente demanda social de una legislación cada vez más estricta que regule la cría de animales de granja, con un escenario donde se observa un desconocimiento por parte de la sociedad, tanto de cómo se realiza la cría de los animales y de la normativa que la regula, como de los importantes beneficios que aporta en su carácter multifuncional y de la realidad del sector ganadero en su conjunto. Sector que ha tenido que afrontar importantes cambios y someterse a numerosos controles y regulaciones para cumplir con la legislación y mantenerse competitivo en su lucha diaria para no desaparecer, fuertemente ligado a un medio rural donde desarrolla su actividad, que no cesa de perder representación demográfica, económica, laboral y de influencia política.

Dar a conocer la labor del ganadero y acercar la realidad productiva a los consumidores y a la sociedad en general, a la vez que hacer más atractivo el trabajo en las granjas, son desafíos que debe enfrentar el sector, aparte de ser rentable y eficiente, para dignificar y poner en valor la profesión dentro de la sociedad y con ello promover el relevo generacional, al mismo tiempo que atraer profesionales jóvenes de ambos sexos a la actividad, reto imposible de lograr sin la implicación institucional y sin unas condiciones de vida en el medio rural (infraestructuras, comunicaciones, nuevas tecnologías, educación, especialización, sanidad, etc.) similares a las zonas no rurales.

El dialogo entre el sector productivo y la sociedad debe instaurarse desde las escuelas, bajo el paraguas de la educación para el desarrollo sostenible, dando a conocer el papel del ganadero en su responsabilidad social de abastecer de alimentos de calidad, cuidar del bienestar de sus animales y del entorno rural donde desarrolla su actividad. En base a este conocimiento debe establecerse el reconocimiento de su trabajo, mediante un dialogo que acerque el ganadero a la sociedad, para lograr aliados que empaticen con sus inquietudes y fidelice en la adquisición de sus productos a un precio justo.

Así pues, en la valoración de la sostenibilidad social de las granjas, donde el bienestar del ganadero y de los animales está entrelazado, tanto los indicadores de bienestar animal (ambiente, manejo, instalaciones, alimentación, salud, comportamiento) como del bienestar de los trabajadores (calidad de vida y trabajo) junto con indicadores económicos y ambientales, incorporados al programa de gestión para la calificación de la sostenibilidad en las granjas, es una herramienta útil que permite obtener una información de gran valor como ayuda en la mejora continua, para identificar deficiencias, apoyar en la toma de decisiones e informar a la sociedad y al consumidor de cómo se realiza realmente la cría de sus animales.

Mª Paz Lavín González

Científica Titular. IGM-CSIC-ULE (Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Universidad de León)